Se trata de un sistema lumínico que enciende, siempre y
cuando la luz de posición o cruce no funcione, unas luces que se ven muy bien,
pero que apenas iluminan. Cumplen con la función de que seamos vistos, pero no
sustituyen al alumbrado clásico. Su uso es voluntario siempre y cuando no sea
obligatorio otro tipo de alumbrado. Gastan muy poca energía.
Se han diseñado para funcionar mucho tiempo y a un coste
inferior, especialmente las LED, que funcionarán hasta que nos hartemos del
coche o lo desguacen, y con un aumento del consumo ridículo: +0,2% a +0,3%.
Pueden ir integradas dentro de los grupos ópticos delanteros o por separado.
Todos los coches nuevos que se han homologado este año las
llevan de serie. Normalmente son bombillas halógenas, de menor duración, que se
integran junto a los faros normales o dentro de los antiniebla, con una
bombilla aparte, no inhibiendo el funcionamiento de los propios antiniebla
delanteros (que no son obligatorios).
Dado que es una medida de seguridad activa (y por qué no
decirlo, un negocio), han proliferado en el mercado los sistemas de luces
diurnas de terceros, para instalarlo en coches que no tengan luces diurnas de
serie. Suponen un notable ahorro si se usan en vez de las luces de cruce, pero
esto hay que matizarlo.
A partir del 14 de enero de 2011, hay que incluir en la
ficha técnica las luces diurnas, medianteITV, vengan de serie o no. Los coches
nuevos ya vienen con el trabajo hecho, pero en los “antiguos” y antiguos es
otro tema, porque hay que homologarlo. Tenemos que cumplir algunas normativas,
no se pueden colocar donde nos dé la gana.
Se deben respetar estas cotas en las luces DRL no integradas
dentro de los grupos ópticos:
Altura
máxima desde el suelo: 1.500 mm
Altura
mínima desde el suelo: 250 mm
Distancia
máxima desde el lateral: 400 mm
Separación
mínima entre plafones: 600 mm
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